martes, 14 de julio de 2015

CINEWS: RECREANDO LOS 70 EN "LA GRAN ESTAFA AMERICANA"


Russell acudió a su colaboradora habitual, la diseñadora de producción Judy Becker, para que diera el look que deseaba a la película. Becker estaba emocionada por la oportunidad. 

Su investigación, junto con el guión, le dio la inspiración para construir mundos únicos para que los personajes expresaran mejor quienes son. “Esa es una de las cosas que me atrajo al proyecto,” dice Russell.

 “Una gran parte de esta película tiene lugar en mundos diferentes: es el mundo de la casa en Long Island de Rosalyn Rosenfeld, es el mundo del apartamento del East Side de Sydney Prosser, es el mundo del apartamento de Brooklyn de Richie, es el mundo del FBI con Stoddard Thorsen, es el museo con Irving, es el ayuntamiento, es la casa de Carmine Polito con sus cinco hijos y mujer en Camden, es el precioso restaurante donde Carmine lleva a Irving a cenar con las mujeres. Tantos, tantos mundos, dando calidez a la película.”

Pero fue la oportunidad de reunirme con uno de sus colaboradores más queridos lo que la emocionaba – también se sintió atraída a la película por el hecho de que tiene lugar en el Nueva York en los 70.

“He estado interesada en meterme en esa época durante mucho tiempo, en parte porque es mi época favorita en la historia del cine,” dice. “Lo gracioso es que estaba sorprendida por el mundo que me vi creando – en vez del Nueva York sucio de los 70 que me influyó, la película adoptó un punto de vista más glamuroso.”
Para una diseñadora, el concepto de Russell de los temas de La gran estafa americana (American Hustle) añadieron una serie de capas que hicieron que proceso fuera especialmente intrigante; por el hecho de que los personajes están engañando, los diseños no sólo mostrarían quienes son los personajes, pero quienes pretenden y aspiran a ser.

La aproximación de Becker se ve mejor en el contraste entre el apartamento de Nueva York de Sydney y la casa de Long Island de Rosalyn. “Son mundos opuestos realmente – lo que fue interesante fue que usamos paletas, texturas y materiales similares, pero con gustos completamente distintos para esos dos sets,” dice Becker. “Para la casa de Rosalyn, el personaje es una ama de casa y madre, una mujer que disfruta decorando y quizá lo disfruta demasiado,” se ríe Becker.

“Todo está basado en la realidad y en nuestra investigación, pero parece un poco exagerado: usamos mucho papel de pared con distintos patrones, muebles del Pace Collection, y pantallas de Lucite con encalados hechas por encargo. No estará hecho con mucho gusto, pero es un festín para la vista – y te dice inmediatamente quien es Rosalyn.” Para contrastar con la casa de Rosalyn, Becker quiso hacer que el apartamento de Sydney fuera más sofisticado y estiloso. “Vive en el Upper East Side, en un edificio de ladrillos blancos – algo que era común para chicas solteras de esa época. Para Sydney creamos un look más minimalista; donde Rosalyn tenía tonos dorados, Sydney tiene amarillos soleados; donde Roselyn tiene papel de pared, Sydney tiene entelados neutrales,” comenta Becker. “Es sexy, el piso de una mujer que estaría en su salsa en el Studio 54. Cuando uno de mis asistentes vio el apartamento, entró y dijo ‘Wow, ojalá mi novia tuviera un apartamento con este aspecto,’ y esa era la sensación que queríamos que tuviera el apartamento.”

Fuente: Tripictures.

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