viernes, 4 de agosto de 2017

"ABRACADABRA"

En la frontera.

Contar una historia moviéndose entre distintas fronteras de los géneros es complicado. Si te sale bien llegas a la tierra prometida. Si te sale mal te quedas en tierra de nadie.

Pablo Berger, director de "Abracadabra" lleva esta historia entre distintas fronteras y nunca acaba por caer en un género determinado. “Abracadabra” no sabe si sacar de la chistera un conejo o una paloma.

La atmósfera opresiva que se crea gracias a la puesta en escena, el montaje, la fotografía o la dirección artística choca bastante con el tipo de humor que se destila en bastantes momentos de la película. Existe un tipo de humor que se puede apreciar en las peliculas de género “indie” norteamericano que surge de los peores momentos (un ejemplo es  “D-train” de la que hemos hablado en “Bhollywood y Angelo”) y que se cocina a fuego lento, siendo coherente y formando un equilibro entre el drama y la comedia.

Pero el problema de “Abracadabra” es que nos encontramos muchas secuencias con distintos tipos de gags, que directamente no cuajan con el montaje final. Como escenas aisladas funcionan, pero no en conjunto, incluso existe una subtrama entera (con el imprescindible Jose Maria Pou) que daría para una “Spin- off” pero da la sensación de que no están bien aprovechados (los mismo pasa con los momentos musicales, de lo mejor de la película) Existe un tira y afloja obvio con respecto a la identidad de la película: ¿obra personal o producto de género puro y duro con buen ritmo y más ligero para llegar al gran público?
Eso si, debido a su indecisión “Abracadabra” consigue lo que pocas películas han logrado en los últimos tiempos: no puedes preveer su final. Al transitar por la fina linea que separa la comedia, el drama, el costumbrismo, el romance, el fantástico, lo surrealista, no sabes lo que te espera en la próxima secuencia.

-LO MEJOR:

-Su atmósfera opresiva cumple su propósito.

-La (desternillante)  subtrama de Jose Maria Pou.

- Sus momentos musicales.

-Su reparto cómico: Javivi o Jose Mota entre otros.

-Maribel Verdú, que demuestra ser nuestra musa y heroína patria definitiva.

-Su mezcla de elementos del pasado y el presente de nuestra sociedad.

-LO PEOR:

-Todos estos buenos elementos no encajan bien a la hora de valorar globalmente la película, por culpa de la indecisión de si tirar hacía el género puro y duro o a la autoría más personal.

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