
Cada día endurecen su cuerpo y su mente. Se insensibilizan ante los insultos y aprenden a ignorar las emociones y el amor.
Los gemelos apuntan todo lo que ven durante la guerra en un cuaderno al que llaman “El gran cuaderno”. Al escribir, siguen un código estricto: la prosa debe carecer de emoción, las anotaciones deben ser precisas y objetivas.
Con el tiempo se inician en la corrupción y el horror de un mundo desgarrado por la guerra. Escuchan a un pastor lujurioso hablarles de la fe; ven a los soldados llevando a filas de personas a la muerte y son testigos de la crueldad de los vecinos del pueblo. La guerra termina y la “liberación” trae algo aún peor: violaciones y saqueos.
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