Sin palabras.
Es un cortometraje sin palabras, muy bonito visualmente, con una puesta en escena, direccion artistica, atrezzo y montaje muy cuidado, pero que grima puede dar en algunos momentos....
Estéticamente es "retro" con toques del Siglo XIX y los años 40 o 60 del siglo XX.
Un solitario y tímido librero comienza, misteriosamente, a perder sus extremidades. Nadie le puede ayudar o diagnosticar esta enfermedad.
Un día, tras una decepcionante visita al hospital, recibe la carta de un anciano adinerado que sufre la misma enfermedad...
Esta sinopsis no entra en el espinoso asunto de la perdida de extremidades. No es una situación gore. Simplemente los miembros se desconectan del cuerpo y tienen vida propia.
Cuando se le cae el dedo meñique, te ries. Cuando se le cae un dedo del pie, la situación se torna cada vez más cómica, pero cuando al protagonista se le cae el testículo y se va por su cuenta, toda la sala gritamos un "UOOOUCH".
-LO MEJOR:
-Su calidad visual, montaje, puesta en escena y estética.
-LO PEOR:
-La escena del testículo fugitivo.
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