Un accidente de tráfico deja a Ezio, protagonista y narrador, en el centro de un microcosmos en el que los padres están más chiflados que los hijos, las madres son neuróticas y valientes, las abuelas no se enteran de nada, las hijas son preciosas y los perros son testarudos y están enamorados. En pocas palabras, dos familias corrientes que se escapan de las catalogaciones y etiquetas y que se mantienen en continua evolución y equilibrio precario, vivas, felices y confusas.
Happy Family es una confesión disfrazada, un diario oculto, una comedia que habla del miedo a ser feliz, a enfrentarnos a lo desconocido. Esta historia hechizada, escrita un verano en Milán cuando ni una sola hoja se mueve pero del silencio sale todo aquello que habitualmente permanece callado, nos habla de los deseos y temores a ser demasiado o a no ser nadie, de sonrisas, de enfrentamientos y reuniones fascinantes, de imperfecciones vistas con ironía, de defectos convertidos en poesía. Así se consigue abandonar por un momento el terror cuotidiano de vivir a medias, de ser banales. Una comedia que nos cuenta la vida como si fuera una película. O quizá una película que nos cuenta la vida como si fuera una comedia.
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