Un mecánico, un albañil, una mujer de la limpieza, una telefonista, un mozo de almacén y un informático son reclutados para llevar a cabo su trabajo habitual ante una audiencia. Bajo esta premisa, y mediante una sobria puesta en escena, La mano invisible convierte a los trabajadores de cuello azul en un producto de entretenimiento.
Esta condición de espectáculo, precisamente, vacía los oficios con que estos personajes han bastido su identidad de cualquier sentido productivo y los vuelve todavía más vulnerables a la explotación laboral.
A medida que la presión se agrave, la dimensión escénica de su trabajo será una fuente suplementaria de conflictividad.
El primer largometraje de David Macián consolida el estilo de sus galardonados cortometrajes y la mordacidad con que ya se estrenaba en Liquidación Total.
Una adaptación de la novela homónima de Isaac Rosa que deviene una sorprendente parábola del trabajo en la sociedad contemporánea.
Película colectiva y cooperativa, basada en un modelo de trabajo asambleario, horizontal y transparente.
Fuente: El sur films.
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