Edouard no es un simio como los demás: más pequeño, mucho menos peludo y con una de sus extremidades inutilizada.
Pero estas rarezas, unidas a su ingenio, también pueden significar que es el primer eslabón en la evolución de la especie.
Una cómica aventura entre lo humano y lo animal, realizada mediante un deslumbrante uso del motion capture.
Fuente: Flins y piniculas
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