Un grupo de obreros descubre que la administración está trasladando material de su fábrica.
Ante esa espantada directiva a plazos, en la que les van dejando solos y solo les falta quitarles el suelo bajo los pies, deciden resistir en sus puestos de trabajo sin trabajo.
Una revolución se enciende en esta fábrica de nada, los cimientos del capital se tambalean.
Pedro Pinho logró la hazaña imposible, el pasado Cannes, de poner de acuerdo a la crítica, que de manera unánime se entusiasmó con la energía subversiva de este film valiente e impredecible que se llevó el premio Fipresci.
Ante esa espantada directiva a plazos, en la que les van dejando solos y solo les falta quitarles el suelo bajo los pies, deciden resistir en sus puestos de trabajo sin trabajo.
Una revolución se enciende en esta fábrica de nada, los cimientos del capital se tambalean.
Pedro Pinho logró la hazaña imposible, el pasado Cannes, de poner de acuerdo a la crítica, que de manera unánime se entusiasmó con la energía subversiva de este film valiente e impredecible que se llevó el premio Fipresci.
Fuente: La aventura audiovisual.
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