Brad Sloan (Ben Stiller) es un tipo normal, con una familia normal, un trabajo normal y una casa normal. Su conciencia le reprocha continuamente no haber hecho nada de provecho.
A punto de cumplir 50 (bueno, 47), entra en una crisis existencial ante un hecho inevitable: su hijo Troy (Austin Abrams) se ha hecho mayor y ha de ayudarle a elegir universidad.
En un viaje cómico, irónico y tierno, padre-hijo por las facultades de Boston, Brad constata que todos sus ex compañeros han triunfado y él... no. ¿Pero qué puede hacer a estas alturas para que el mundo no se pregunte qué fue de él?
Fuente: Vertice cine.
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