Kutcher, por su parte – un fan ávido de la electrónica – dice que su conexión con Jobs creció en él gradualmente. “Cuando Steve Jobs falleció, tuve esta reacción emocional extraña y no sabía lo que era,” dice el actor.
“Yo estaba como, ‘Wow! ¿Por qué estoy tan conmocionado sobre esto?’ Y empecé a pensar sobre todas las maneras en que mi vida se vio afectada por este hombre y empecé a aprender cosas sobre él siempre que podía.”
Entonces fue cuando el agente le pasó el guión de Whiteley. El actor dice que se tomó el papel de Jobs como una ocasión de honrar a un hombre cuya genialidad, como las de Thomas Edison y Henry Ford, nos rodea a todos.
Dice que Jobs era un genio especial que podía unir forma y función para crear productos que eran tan bellos como eficientes.
“Raramente tienes a alguien que puede hacer ambas cosas,” dice Kutcher. “Son como Leonardo Da Vinci – alguien que puede pintar una Mona Lisa y construir un aparato volador.”
“Steve tenía un entendimiento increíble, una perspectiva amplia que la mayoría de nosotros no tiene,” Whiteley dice del difunto emprendedor.
“Mientras la mayoría de nosotros vemos y pensamos el aquí y ahora, (Steve Jobs) tenía una visión mucho más amplia de cómo todo conecta a largo plazo, diez, quince años adelante. Cómo consiguió vivir y trabajar en el futuro me supera, pero lo cierto es que es una de las grandes claves de su genialidad.”
Kutcher dice que el rasgo que define a Jobs era su enfoque preciso en la meta, junto con una habilidad “de decir que no a muchas cosas a las que otras personas dirían sí.” El objetivo de toda esa concentración, dice, fue la creación de una gran experiencia de usuario. “Le importaba más que a nadie – con cada fibra de su ser –la calidad de esa experiencia,” dice el actor. “Dedicó su vida entera a construir el mejor ordenador personal del mundo y creo que, a día de hoy, lo ha hecho.”
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